“Nuestra sociedad aún está aprendiendo a digitalizarse y nuestra trasformación en sujetos digitales aún tiene muchos capítulos por escribir”, asegura Joan Mayans, antropólogo especializado en aspectos sociales, empresariales y culturales de la sociedad digital, en el reportaje El tuit que surgió del frío para mentir de Juan Cruz, publicado en El País el 5 de enero de 2013.
Este trabajo plantea cómo defendernos de la posibilidad abierta a la falsificación que posibilita una red social como Twitter. Carmen del Riego, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, declara en las páginas de este diario que la Red es libre “y por eso tenemos que correr el riesgo de que nos engañen”. Añade, además, que los que están “indefensos”, sobre todo, son los ciudadanos “a los que llega información, veraz en unos casos, manipulada en otros, y muchas veces lo que quieren oír”; y no los periodistas “que sabemos que lo que se dice en Twitter es un dato que hay que corroborar”.
Por ello, sostiene Gaby Castellanos, directora general de SrBurns, agencia especialista en redes sociales, que “nuestro criterio y conocimiento son indispensables” ante las informaciones que aparecen en este medio, cuyas armas “pueden ser mal usadas, como cualquier medio”, añade por su parte Sandra Barneda, periodista, en este reportaje de Juan Cruz.
En este soporte, además, influye mucho la rapidez, pues “en la Red todo sucede con mucha celeridad y no se han puesto los medios suficientes para atajar el quebrantamiento del honor y la ética”, dice Barneda, quien, no obstante, aclara, “no me gusta hablar de límite, pero sí de estar en las mismas condiciones para la partida”.
