La vida sin Montesquieu

El restaurante Solchaga ya no existe, pero fue un clásico de las tertulias entre políticos y periodistas cuando se hacían esas cosas. Subiendo la escalerada de mármol de un edificio centenario, se alcanzaba un comedor pomposo de lámparas de estilo isabelino y mobiliario art nouveau, con ventanales hacia la estatua de Alonso Martínez. Allí, en la sobremesa de café y ducados del 26 de marzo de 1985, la lengua viperina de la democracia cometió su exceso más recordado. Se le preguntó por la futura sentencia del Constitucional sobre la Ley del aborto y el omnímodo Alfonso Guerra ejerció su vocación coercitiva:

«Por la estructura de poderes de este país, estamos viviendo en el tiempo deMontesquieu y ese señor hace mucho tiempo que murió», recogieron con minuciosa precisión los blocs de notas que lo escucharon in situ.

El CGPJ tiene competencias que inciden de manera determinante en las expectativas profesionales de los jueces: inspección, sanciones y, señaladamente,los nombramientos de altos cargos. Al Supremo o a presidir una Audiencia o un tribunal autonómico sólo se llega por designación discrecional del Consejo. Según sus propios informes, apenas el 6% de la carrera cree que se realizan conforme a criterios de mérito y capacidad.

EL MUNDO sábado 12 de diciembre de 2015

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Author: maite