La prensa británica reta a Cameron y crea su propio órgano regulador. Así titulaba Walter Oppenheimer la noticia para El País del día 26 de abril de 2013, en la que informaba del rechazo por parte de los diarios de Gran Bretaña hacia el nuevo sistema de regulación pactado por los tres grandes partidos políticos, y la decisión de lanzar su propio organismo de autorregulación.
Según esta autorregulación, que “se basa en la Cédula Real propuesta en marzo por el Gobierno del primer ministro David Cameron y mantiene algunos de sus puntos fundamentales”, tiene algunas diferencias principales: “la prensa tendría derecho a estar directamente representada en los organismos de gestión del nuevo regulador, se suprime la capacidad del Parlamento de modificar las reglas de juego y se suprime el derecho del regulador a <dirigir> la manera en que se publican las notas de rectificación”.
