¿Un affaire que traspasa lo privado?

“El reciente affaire protagonizado por el presidente de Francia, François Hollande, ha sido objeto de múltiples debates, entre otros el que se refiere a dónde debe fijarse la frontera entre la vida personal y profesional de una persona. La cuestión tiene repercusiones en el mundo de la empresa. ¿Uno representa a su compañía durante las horas de trabajo o no deja de hacerlo nunca? Y aún más importante, ¿le deben pasar factura a un profesional las acciones que realiza fuera del ámbito laboral? <La distinción entre vida privada y pública es teórica, pero no real, porque las personas tenemos una vida y no dos. Queda bien decirlo, pero no existe>, afirma Guido Stein, profesor del departamento de Dirección de Personas en las Organizaciones de IESE. De la misma opinión es Begoña Puente, profesora de Esade: <No se pueden separar ambos ámbitos. El comportamiento de las personas se rige por una serie de patrones que no se pueden cambiar cada 8 horas, ya que tienen que ver con los valores>, sostiene esta experta.

“Y es que <sólo podemos separar al profesional de la persona si aceptamos la idea de que para tener éxito sólo se necesita tener capacidad técnica y olvidamos que al final son las personas las que deciden. Ejercer liderazgo compromete al ser de la persona y es más una cuestión de cómo ser que de qué hacer. ¿Cuántas compañías han fracasado debido a la avaricia y egoísmo de sus ejecutivos?>, se pregunta Remedios Torrijos, profesora de Comportamiento Organizacional de IE Business School”.

Expansión, 22 de enero de 2014

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Author: Blog Cima Málaga