El tráfico de hachís en el Estrecho y en el Guadalquivir

Cuando él llegaba a la playa marroquí, la lancha ya estaba cargada con unos 1.500 kilos de hachís. Unos 40 fardos. Alguien sobornaba a la policía y hablaba con quien tocase en España. Al caer la noche , se ponía el mono, arrancaba los dos motores de 250 caballos y empezaba a volar sobre el agua del Estrecho con tres personas más. Era de los mejores. “Es una sensación preciosa. Engancha mucho. Daría lo que fuera por volver a sentirla”, explica Antonio, piloto de narcos durante 20 años. Descargaban en Huelva, Cádiz, La Línea y a lo largo del río Guadalquivir. A veces, hasta llegaban a Sevilla por el cauce- Luego devolvía la lancha vacía a Marruecos, disfrutando del viaje de vuelta en la madrugada. Jamás le pillaron, ni con el helicóptero de Aduanas rozándole la cabeza con los patines. Hacía lo mismo unas 30 veces al año y cobraba 50.000 por viaje. Hoy podría ser millonario. Lo malgastó todo en fiestas, putas y cocaína, cuenta- “El dinero fácil sale rápido”.

EL PAÍS, 19 de mayo de 2015
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Author: gestor